La vida nuestra de
todos los días
por Malembe
Empresarios contando sumas
faraónicas de dinero. Las espectaculares detenciones de empresarios asociados
al gobierno anterior. El encarcelamiento de ex-funcionarios públicos. El tema central que consumimos día a día, que
ocupa nuestras conversaciones. Entras a la carnicería o al almacén, y ahí está el tema. La corrupción. Ese es el
mal que aqueja a la Argentina, por el cual estamos condenamos.
Y este Gobierno no escapa a tal
mal. A pesar de que varias de sus figuras centrales son fuertes denunciadores
seriales de corruptos. Macri es participe, hasta el momento, de tres empresas
Offshore. Dos en Panamá y una en Uruguay. Empresas que se utilizan para evadir
impuestos, de mínima, o para blanquear dinero proveniente de negocios
relacionados con la droga y la trata. Y digámoslo con todas las letras, no
seamos ingenuos, si me compro un auto es para viajar, si me compro un avión es
para volar, si me compro un velero es para navegar. ¿Y si armo una empresa que
evade impuestos y blanquea dinero?
¿Cuando hablamos de política de qué hablamos?
Nuestras prioridades en la agenda
mediática, el tema de opinión pública preponderante. Mientras debatimos sobre
la "guita del lavado", hay algo que se nos escapa. ¿Qué es lo que queda
vedado, o difuminado, en la escena política y social? El énfasis de algunos
medios sobre los temas de corrupción deja
de lado otras cosas que están pasando todos los días. Las preguntas que
se hace el periodismo hegemónico sobre la política se cimientan sobre la
inseguridad y la corrupción. Eso abarca el 90 % de la agenda mediática. Basta
con abrir cualquier diario.
Es indudable que somos parte de
la realidad política y social. ¿Y qué es lo que vivimos día a día? Si fuéramos
cronistas de nuestra realidad política y social, de qué daríamos cuenta, cuáles
serian los trazos gruesos de nuestras preocupaciones, problemas y vivencias.
Ahí se centra la cuestión. ¿Cuál es nuestra realidad política y social?
Una de las cuestiones que nos
toca vivir y de la cual no nos pueden mentir es de la inflación de precios que
venimos padeciendo. Desde diciembre del año pasado los precios se vienen
elevando. Llevamos 4 meses consecutivos de una inflación promedio del 5% y una
acumulada de más del 20%. Y entonces uno se pregunta qué políticas al respecto
implementó el gobierno nacional para frenar el flagelo que ataca nuestros
bolsillos. No solo que desmanteló todos los programas de defensa del consumidor
y de control del mercado, sino que impulsó aumentos de los servicios (agua,
gas, luz, transporte público). Implementó una devaluación de más del 50%.
Políticas públicas y vida cotidiana
En este sentido nos podemos
preguntar por otras cuestiones de nuestra vida cotidiana. Qué pasa con los
jubilados. Por un lado en septiembre se acaban las posibilidades de jubilarse a
pesar de tener la edad suficiente para hacerlo a través una moratoria que te
permita abonar los años que te faltan de aportes. Digámoslo firme y claro,
muchas veces los trabajadores no podemos elegir bajo qué forma somos
contratados. Necesitamos trabajar y aceptamos en contra de nuestra voluntad
trabajar en negro. Por otro lado la obra social de la mayoría de los jubilados,
el Pami, dejó de cubrir muchos remedios vitales.
Otro ejemplo es la pluralidad de
voces. Uno se pone a hacer zapping o prende la radio y se da cuenta que cada
vez todos los canales de noticias tienden a informar en simultaneo lo mismo. Es de público conocimiento el cierre de
programas televisivos, radiales y de diarios. Es decir, que el gobierno en vez
de apuntar a que todas las voces estén expresadas, apunta a una comunicación
monocorde.
Otra, el famoso déficit fiscal. En
qué gasta la plata el gobierno. Cómo se
financia. Vemos como la gestión PRO impulsa el despido masivo de trabajadores.
Ya que como tiene muchos gastos debe ajustar. ¿Quién no tiene un amigo,
hermano, sobrino, vecino que haya quedado desocupado? y ¿qué es lo que hace el
gobierno para fomentar el financiamiento Estatal, además de echar trabajadores?
Exime de pagar los derechos de exportación a las empresas agropecuarias y a las
mineras. Paga deudas ilegitimas a los buitres. Flexibiliza el mercado cambiario
y financiero.
Estas cuestiones, que podemos
seguir enumerando, nos llevan a plantearnos cuánto discutimos de las
"políticas públicas". Qué políticas debería implementar un gobierno
para frenar la inflación, para aumentar la distribución de la riqueza, para
asegurar la educación y la salud pública y gratuita, para desarrollar la
economía y el país, para cuidar a los jubilados.
El peor de los males
Macri se enriqueció con la
dictadura, donde se le estatizó la deuda de las empresas privadas, entre la que
se encontraba su empresa SOCMA, por la que se endeudo el Estado en 40 mil
millones de dólares; en los noventa, donde solo entre los años 1993-1995 evadió
impuestos por 55 millones de pesos y por lo que fue procesado; o por las 214
causas que tiene abiertas; o las tres empresas off shore por las que evadió
impuestos y lavó dinero; o la deuda que dejó en el Correo Argentino por 5
millones de dólares, y así podríamos seguir. Esto es grave, debería ser
juzgado, encarcelado, no tendría que ser presidente. Pero lo más grave son las
políticas económicas desplegadas por Macri y su grupo técnico.
Todo el fuego artificial de los
medios de comunicación tapa el peor de los males la “miseria planificada”. 2
millones de argentinos se han visto sumergidos en estos 120 días de gobierno
PRO en la pobreza. Los jubilados están viendo afectados sus derechos. 120 mil
trabajadores en la calle. La luz, el gas, el agua han sido aumentados en más de
un 500 %. El transporte aumentó un 100 %. La inflación acumulada es más del
20%. EL Estado abandona la regulación del mercado dejando desamparado a los
ciudadanos frente a los grupos concentrados que dan rienda suelta al despojo de
los trabajadores. Desregulación del mercado financiero, la banca se lleva
montañas de plata por servicios financieros. La fuga de capitales aumentó
drásticamente. Se cierran los programas
de fortalecimiento educativo como Conectar Igualdad, se desarticulan unidades
descentralizadas de salud y atención primaria y padecemos una epidemia de
dengue, zika y chiunguya.
A no aflojar
Si no nos detenemos a pensar en
las cuestiones que hacen a nuestra vida cotidiana, las políticas públicas que
afectan nuestro desenvolvimiento personal, dejaremos que nos roben el futuro a
nosotros y nuestros hijos. Es vital salir a poner nuestra voz en los temas
urgentes para los argentinos. La democracia implica un ejercicio de
participación ciudadana en la construcción de la opinión pública que condicione
al gobierno. Las elecciones presidenciales no son un permiso para hacer
cualquier cosa. El gobierno debe ceñirse a las necesidades del pueblo. Debemos
alzar la voz. El Estado está para cuidar y desarrollar a los argentinos, no para que un grupo de Ceos
empresariales se enriquezca.