domingo, 17 de abril de 2016

La vida nuestra de todos los días

La vida nuestra de todos los días
por Malembe

Empresarios contando sumas faraónicas de dinero. Las espectaculares detenciones de empresarios asociados al gobierno anterior. El encarcelamiento de ex-funcionarios públicos.  El tema central que consumimos día a día, que ocupa nuestras conversaciones. Entras a la carnicería o al almacén,  y ahí está el tema. La corrupción. Ese es el mal que aqueja a la Argentina, por el cual estamos condenamos.

Y este Gobierno no escapa a tal mal. A pesar de que varias de sus figuras centrales son fuertes denunciadores seriales de corruptos. Macri es participe, hasta el momento, de tres empresas Offshore. Dos en Panamá y una en Uruguay. Empresas que se utilizan para evadir impuestos, de mínima, o para blanquear dinero proveniente de negocios relacionados con la droga y la trata. Y digámoslo con todas las letras, no seamos ingenuos, si me compro un auto es para viajar, si me compro un avión es para volar, si me compro un velero es para navegar. ¿Y si armo una empresa que evade impuestos y blanquea dinero?

¿Cuando hablamos de política de qué hablamos?

Nuestras prioridades en la agenda mediática, el tema de opinión pública preponderante. Mientras debatimos sobre la "guita del lavado", hay algo que se nos escapa. ¿Qué es lo que queda vedado, o difuminado, en la escena política y social? El énfasis de algunos medios sobre los temas de corrupción deja  de lado otras cosas que están pasando todos los días. Las preguntas que se hace el periodismo hegemónico sobre la política se cimientan sobre la inseguridad y la corrupción. Eso abarca el 90 % de la agenda mediática. Basta con abrir cualquier diario.
Es indudable que somos parte de la realidad política y social. ¿Y qué es lo que vivimos día a día? Si fuéramos cronistas de nuestra realidad política y social, de qué daríamos cuenta, cuáles serian los trazos gruesos de nuestras preocupaciones, problemas y vivencias. Ahí se centra la cuestión. ¿Cuál es nuestra realidad política y social?

Una de las cuestiones que nos toca vivir y de la cual no nos pueden mentir es de la inflación de precios que venimos padeciendo. Desde diciembre del año pasado los precios se vienen elevando. Llevamos 4 meses consecutivos de una inflación promedio del 5% y una acumulada de más del 20%. Y entonces uno se pregunta qué políticas al respecto implementó el gobierno nacional para frenar el flagelo que ataca nuestros bolsillos. No solo que desmanteló todos los programas de defensa del consumidor y de control del mercado, sino que impulsó aumentos de los servicios (agua, gas, luz, transporte público). Implementó una devaluación de más del 50%.

Políticas públicas y vida cotidiana

En este sentido nos podemos preguntar por otras cuestiones de nuestra vida cotidiana. Qué pasa con los jubilados. Por un lado en septiembre se acaban las posibilidades de jubilarse a pesar de tener la edad suficiente para hacerlo a través una moratoria que te permita abonar los años que te faltan de aportes. Digámoslo firme y claro, muchas veces los trabajadores no podemos elegir bajo qué forma somos contratados. Necesitamos trabajar y aceptamos en contra de nuestra voluntad trabajar en negro. Por otro lado la obra social de la mayoría de los jubilados, el Pami, dejó de cubrir muchos remedios vitales.

Otro ejemplo es la pluralidad de voces. Uno se pone a hacer zapping o prende la radio y se da cuenta que cada vez todos los canales de noticias tienden a informar en simultaneo lo mismo.  Es de público conocimiento el cierre de programas televisivos, radiales y de diarios. Es decir, que el gobierno en vez de apuntar a que todas las voces estén expresadas, apunta a una comunicación monocorde.

Otra, el famoso déficit fiscal. En qué  gasta la plata el gobierno. Cómo se financia. Vemos como la gestión PRO impulsa el despido masivo de trabajadores. Ya que como tiene muchos gastos debe ajustar. ¿Quién no tiene un amigo, hermano, sobrino, vecino que haya quedado desocupado? y ¿qué es lo que hace el gobierno para fomentar el financiamiento Estatal, además de echar trabajadores? Exime de pagar los derechos de exportación a las empresas agropecuarias y a las mineras. Paga deudas ilegitimas a los buitres. Flexibiliza el mercado cambiario y financiero.

Estas cuestiones, que podemos seguir enumerando, nos llevan a plantearnos cuánto discutimos de las "políticas públicas". Qué políticas debería implementar un gobierno para frenar la inflación, para aumentar la distribución de la riqueza, para asegurar la educación y la salud pública y gratuita, para desarrollar la economía y el país, para cuidar a los jubilados.

El peor de los males

Macri se enriqueció con la dictadura, donde se le estatizó la deuda de las empresas privadas, entre la que se encontraba su empresa SOCMA, por la que se endeudo el Estado en 40 mil millones de dólares; en los noventa, donde solo entre los años 1993-1995 evadió impuestos por 55 millones de pesos y por lo que fue procesado; o por las 214 causas que tiene abiertas; o las tres empresas off shore por las que evadió impuestos y lavó dinero; o la deuda que dejó en el Correo Argentino por 5 millones de dólares, y así podríamos seguir. Esto es grave, debería ser juzgado, encarcelado, no tendría que ser presidente. Pero lo más grave son las políticas económicas desplegadas por Macri y su grupo técnico.

Todo el fuego artificial de los medios de comunicación tapa el peor de los males la “miseria planificada”. 2 millones de argentinos se han visto sumergidos en estos 120 días de gobierno PRO en la pobreza. Los jubilados están viendo afectados sus derechos. 120 mil trabajadores en la calle. La luz, el gas, el agua han sido aumentados en más de un 500 %. El transporte aumentó un 100 %. La inflación acumulada es más del 20%. EL Estado abandona la regulación del mercado dejando desamparado a los ciudadanos frente a los grupos concentrados que dan rienda suelta al despojo de los trabajadores. Desregulación del mercado financiero, la banca se lleva montañas de plata por servicios financieros. La fuga de capitales aumentó drásticamente.  Se cierran los programas de fortalecimiento educativo como Conectar Igualdad, se desarticulan unidades descentralizadas de salud y atención primaria y padecemos una epidemia de dengue, zika y chiunguya.

A no aflojar


Si no nos detenemos a pensar en las cuestiones que hacen a nuestra vida cotidiana, las políticas públicas que afectan nuestro desenvolvimiento personal, dejaremos que nos roben el futuro a nosotros y nuestros hijos. Es vital salir a poner nuestra voz en los temas urgentes para los argentinos. La democracia implica un ejercicio de participación ciudadana en la construcción de la opinión pública que condicione al gobierno. Las elecciones presidenciales no son un permiso para hacer cualquier cosa. El gobierno debe ceñirse a las necesidades del pueblo. Debemos alzar la voz. El Estado está para cuidar y desarrollar  a los argentinos, no para que un grupo de Ceos empresariales se enriquezca.